1. Pitear por el aumento de sueldo engañamuchachos
2. Seguir con el reclamo de transparencia de los gastos hasta el mes pasado.
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Las cuentas del Gran Capitán
Definitivamente, la transparencia no es la fortaleza del Congreso peruano. En medio de una situación de ocultamiento que persiste, se derogaron este jueves los artículos de su reglamento que reconocían al congresista el derecho a solicitar un reembolso por gastos 'operativos’ hasta por S/.7,600. El Heraldo, órgano de prensa del Congreso, informa de la reforma del siguiente modo: “Con el proyecto aprobado, lo percibido por los congresistas disminuye de 17,600 soles a aproximadamente 15,000 soles”. Es decir, según su vocero, los congresistas han hecho un gran sacrificio y se han reducido el sueldo.
¿Esa es la verdad? No. Desde el inicio de este gobierno, y por disposición del Ejecutivo, nadie en el Estado puede recibir una remuneración bruta mayor a S/.16,000. Así, se redujeron, para bien o para mal, todas las remuneraciones de altos funcionarios del sector público, incluyendo la de los congresistas, que quedó fijada en S/.15,600 brutos. Efectuados los descuentos y aportes de ley (salud, pensiones e Impuesto a la Renta), la cifra se reduce a un monto algo menor a los S/.10,000 netos.
De otro lado, y solo en la medida en que el congresista realice gastos derivados del ejercicio directo de su función y que estos puedan ser acreditados fehacientemente, se le reconoce un reembolso de hasta por S/.7,600 como tope. Estos gastos no son y nunca fueron una remuneración. Por ello es un error grave decir que un congresista gana S/.17,600 porque es una falsedad con mayúscula y una falta de transparencia que solo contribuye a la irritación pública que ellos mismos fomentan.
Si los congresistas quieren ganar alrededor de S/.15,000 netos, su remuneración bruta debe ser de S/.23,200 (los S/.15,600 brutos que ya percibían más los S/.7,600 de aumento de sueldo). Efectivamente, si a esta suma se le restan los montos a pagar por salud, pensiones e Impuesto a la Renta, el resultado da, aproximadamente, S/.14,600 netos para cada congresista. Esa es la explicación transparente.
¿Es esto justo? Podría serlo. Yo no estoy en contra de que los congresistas reciban buenos sueldos y se eliminen sistemas promotores de la corrupción. Sin embargo, hay dos problemas. Primero, la posible oposición del Ejecutivo por el incumplimiento a una directiva dada por austeridad a todo el sector público. Segundo, la inmediata demanda de todos los altos funcionarios públicos de fijar el tope en más de S/.23,000 y no en los S/.16,000 vigentes.
Pero lo más importante, la oscuridad sobre el pasado, continúa. Siguen violando la Ley de Transparencia, y la solución es ¿subirse el sueldo? No parece un acto de contrición para hacer las paces con sus votantes.
¿Esa es la verdad? No. Desde el inicio de este gobierno, y por disposición del Ejecutivo, nadie en el Estado puede recibir una remuneración bruta mayor a S/.16,000. Así, se redujeron, para bien o para mal, todas las remuneraciones de altos funcionarios del sector público, incluyendo la de los congresistas, que quedó fijada en S/.15,600 brutos. Efectuados los descuentos y aportes de ley (salud, pensiones e Impuesto a la Renta), la cifra se reduce a un monto algo menor a los S/.10,000 netos.
De otro lado, y solo en la medida en que el congresista realice gastos derivados del ejercicio directo de su función y que estos puedan ser acreditados fehacientemente, se le reconoce un reembolso de hasta por S/.7,600 como tope. Estos gastos no son y nunca fueron una remuneración. Por ello es un error grave decir que un congresista gana S/.17,600 porque es una falsedad con mayúscula y una falta de transparencia que solo contribuye a la irritación pública que ellos mismos fomentan.
Si los congresistas quieren ganar alrededor de S/.15,000 netos, su remuneración bruta debe ser de S/.23,200 (los S/.15,600 brutos que ya percibían más los S/.7,600 de aumento de sueldo). Efectivamente, si a esta suma se le restan los montos a pagar por salud, pensiones e Impuesto a la Renta, el resultado da, aproximadamente, S/.14,600 netos para cada congresista. Esa es la explicación transparente.
¿Es esto justo? Podría serlo. Yo no estoy en contra de que los congresistas reciban buenos sueldos y se eliminen sistemas promotores de la corrupción. Sin embargo, hay dos problemas. Primero, la posible oposición del Ejecutivo por el incumplimiento a una directiva dada por austeridad a todo el sector público. Segundo, la inmediata demanda de todos los altos funcionarios públicos de fijar el tope en más de S/.23,000 y no en los S/.16,000 vigentes.
Pero lo más importante, la oscuridad sobre el pasado, continúa. Siguen violando la Ley de Transparencia, y la solución es ¿subirse el sueldo? No parece un acto de contrición para hacer las paces con sus votantes.
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